No sé exactamente el motivo o significado de este sueño, o
si tiene alguno, pero tampoco me importa.
Abro los ojos y me encuentro caminando desnuda entre medio
de un cañaveral y árboles muy altos y gruesos, a la vez el suelo es verde como un césped,
oigo el sonido de un correr de agua y sigo a mis curiosamente oídos muy
perceptivos. Tengo una extraña sensación, miro alrededor y sé perfectamente que
podría subirme a cualquier árbol sin problema, veo de una manera muy nítida y
al mirarme las manos son como una especie de garras, detrás me sale una especie
de cola larga, un poco gruesa, de mi misma piel, no estoy incómoda, forma parte
de mí y sé cómo moverla perfectamente. Todo lo demás soy yo, pero me toco la
cara, la cabeza… Me pongo nerviosa, porque ahí no soy yo… tengo la cabeza de algún felino,
aunque me siento segura.
Me apresuro a buscar el agua, y me encuentro a la orilla de
una especie de río. Es claro, arenoso y cálido, al que la altura del agua no
sobrepasa las rodillas. Al otro extremo de la orilla todavía un poco lejos, veo
salir rampando del agua en principio un cocodrilo pero su cuerpo es de hombre…y
perfecto. Me quedo observándolo y parece tener la misma sensación que yo a la
vez de perdido. Tomo como una actitud de defensa, siento que se me eriza la
piel, estoy muy excitada, pero a la vez….
este instinto nuevo para mí, quiere matarlo.
Enseguida capta mi presencia y nos vamos acercando uno al
otro, a cada extremo de la orilla..
Por más que lo miro, no lo reconozco. Su cuerpo es enorme y
perfecto a la vez que su miembro, que a medida que se va acercando se pone más
erecto. Sé que tiene la misma sensación que yo, está excitado pero a la vez
quiere matarme… Puedo sentirlo.
Ya casi estamos uno frente al otro, pero no voy a esperar y
corro hacia él. ¡Para atacarlo!
El corre hacia mí, y
en el momento que doy un salto para arañarlo y morderlo… Quizás, para
arrancarle la yugular de un mordisco, me siento perfectamente capaz. Es mi instinto en ese momento.
A cámara lenta, levanta el brazo y en pleno vuelo recibo un
golpe tan fuerte que caigo hacia atrás en el agua.
Aturdida, abro los ojos. Acabo de
darme cuenta que es mucho más grande y más fuerte que yo. De pie,
delante de mí, con una erección brutal. No sé como explicar la cantidad de
sensaciones tan intensas y contradictorias en ese momento.
Estoy dolorida, excitada, tengo un miembro perfecto delante
de mí que me apetece lamerlo, chuparlo, succionarlo… tirarme hacia el e
introducirlo de un golpe hasta el fondo de mi garganta acariciarlo todo dentro
con mi lengua, tragarlo con toda la saliva que segrego del placer que me genera
semejante manjar. Definitivamente… Como un animal.
A la vez quiero
correr y salir de allí. Pero antes de decidirme por la segunda opción, ya me
tiene cogida por un tobillo y me está arrastrando hacia la orilla.
A medida que nos acercamos me levanta con un solo brazo por
el tobillo, agachando su enorme cabeza entre medio de mis piernas, lento… saca
una enorme lengua, pero su lengua es como la de un caballo, y yo lo estoy
viendo con la cabeza sumergida en el agua, intento apoyar los brazos para
intentar incorporarme un poco, entre otras cosas, para poder respirar. Me
siento ahogada y excitada.
Pasa su lengua entre medio de mis piernas de arriba hacia
abajo, una y otra vez… la mete dentro,
moviéndola de un lado a otro. Es suave, caliente, húmeda, gorda… Hace que
separe aún más la pierna que no me tiene sujeta.
Llegamos a la orilla y me tira hacia el césped, no le cuesta
gran esfuerzo, es muy fuerte.
De un salto me incorporo a cuatro patas frente a él que
sigue perfectamente erecto, y de un salto con la boca abierta la meto hasta el
fondo de mi garganta, presionando desde mi nariz hasta mi frente contra su
pubis… tragándola hasta el fondo, lamiendo de dentro a fuera a golpes. Con mis
colmillos podría arrancársela en el acto, pero el placer que me produce tenerla
en el fondo de mi garganta nubla ese pensamiento.
Levanta la pierna poniéndola en mi hombro y me empuja
fuertemente hacia atrás. Vuelvo a quedar acostada delante de él que sigue
estando de pie… Su reacción me irrita de sobremanera y me enfurece.
Vuelvo a saltar, pero esta vez sobre él clavando mis uñas en
sus hombros agarrándome y con mis pies a los lados de sus caderas… La meto en
el acto. Me muevo arriba y abajo, fuerte, enfurecida, pero él no se mueve…
Loca, desesperada,-¡ La quiero toda dentro y más!.
Mis manos son como garras, por lo que ya corre la sangre por
sus hombros, pero no quiero soltarme… Lo estoy utilizando para darme placer a
mí misma, subiendo y bajando, retorciéndome, penetrándome hasta lo más profundo
que puedo.
Vuelve a quitarme de encima, cogiéndome por la cintura y
tirándome hacia atrás, esta vez con un poco más de delicadeza, posiblemente por
las heridas de los hombros de donde le veo caer gotas de sangre que huelo y me
excitan aún más.
Pero se acaba la delicadeza de segundos…
Se agacha me coge
por la cola y de un tirón me da la vuelta. Cae de rodillas y a mí me deja a
cuatro patas.
Intento huir, pero me atrapa por la cola y me arrastra hacia
él. Clavo la uñas en el césped pero me arrastra hasta que siento de golpe como
me penetra hasta el fondo haciéndome gruñir y agarrarme fuertemente entre el
césped mojado y arena de la orilla.
Mientras con una mano me gobierna tirándome
de la cola a su antojo hacia sí embistiéndome con mucha violencia, con la otra
empuja mi cabeza contra el suelo. Abro más mis piernas y levanto más mi pelvis
para que me siga follando de esa manera largo rato, fuerte y a embestidas…
violento.
Me incorporo y hago que se siente sobre sus talones mientras
sigo por detrás cogiéndola con mis garras suavemente introduciéndola en mi
recto. Mi cola parece saber bien donde tiene que ir y gira hacia delante
metiéndose en mi vagina.
Ahora soy yo la que se está follando a sí misma o la
que se lo está follando. Apoyo mis manos delante y me muevo hacia detrás, en
movimientos circulares y profundos, disfrutando a punto de estallar esa doble
penetración.
Y así durante largo rato hasta no poder aguantar más… Se
agita mi respiración, los movimientos se vuelven más rápidos y salvajes, se
eriza mi piel, mis pezones se ponen duros y en punta… gruño y y araño el suelo.
Sube poco a poco pero tan intenso que hasta duele y tan fuerte que se me nubla
la vista y no puedo respirar. Pierdo el estado de consciencia o la también
llamada petite mort. Tengo pequeñas convulsiones post orgasmo.. como pequeñas
fracciones de ese estado tan intenso.
No me deja que me recupere, tampoco voy a hacer nada para
evitarlo. No tengo ni fuerza ni voluntad para ello.
Me pone boca arriba, abre mis piernas y sin previo aviso me
penetra con toda su fuerza, cosa que me activa de nuevo y me excita al
instante, pero es su turno. Está encima de mí follándome con fuerza, mi cola se
desliza detrás de él y juega con la entrada de su recto mientras estoy lamiendo
las heridas de sus hombros.
Pesa, por lo que con los brazos lo retiro hacia
atrás y así tocarme yo mientras me sigue follando.
Mi cola le gusta, por lo que voy metiéndosela poco a poco…
con suavidad. Me sube tan alto ver como a medida que va entrando, él más se
enfurece y me folla con tanta violencia que empiezo a tocarme con más rapidez
porque voy correrme otra vez… Y lo hago, retorciéndome como un gato.
El sigue un poco más, lo miro. Meto mi cola más profunda en
su recto y le hace gritar… pero de placer. Sale cortésmente de mí y termina
entre gritos y gemidos vaciando su esperma sobre de mí, con potencia entre mis
pechos, mi cara y mi abdomen.
Seguidamente cae sobre mí y retiro mi cola de su recto con
un pequeño gemido por su parte. Huele a sexo, huele a semen sobre mí.
Paso una
de mis garras por el pecho y lo chupo, es exquisito su semen.
Es curioso, a la vez que me recupero vuelvo a sentir ese
instinto de querer matarlo, por lo que lo retiro con fuerza y salgo corriendo,
perdiéndome por el cañaveral… Quizás me lo vuelva a encontrar o no, o quizás, a
otro tipo de bestia de este paraíso… Ojalá!
Geisha Roja.