jueves, 5 de diciembre de 2013

FETISH FANTASY EXTREME SOGA DE TESTICULOS - ACCESORIOS PENE

FETISH FANTASY EXTREME SOGA DE TESTICULOS - ACCESORIOS PENE

Experimenta los orgasmos más extremos con la soga para testículos. Coloca el manguito en forma de paracaídas de alta resistencia alrededor de tus testículos y a continuación, añade las pesas.

Normalmente, cuando los hombres alcanzan el orgasmos, el escroto tira de los testículos hacia el cuerpo. Al estirar y resistir esta fuerza, tu cuerpo trata aún más de retraerlos, por lo que el placer será mayor que nunca!

Elige un peso que sea adecuado para ti y aumentar la tracción sobre la marcha! Las tres pesas de metal son muy fáciles de usar, y te permiten controlar la cantidad de tirón en sus testículos. Comience con un peso bajo y ve incrementando poco a poco.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Porque nos enamoramos?

¿Por qué nos enamoramos?

Del amor solemos saber que nos trae de cabeza, que deseamos tenerlo y no nos gustaría perderlo nunca. Pero, ¿sabes realmente por qué te enamoras?
En el mundo psíquico, además del pensamiento y la razón, existen una serie de experiencias que no siempre han sido bien comprendidas: las emociones, los sentimientos, las pasiones, los estados del ánimo…

Las emociones son experiencias que se producen como reacción a algo que acontece en el mundo exterior. Producen una conmoción en nuestra vida psíquica y, además, una serie de reacciones neurovegetativas en el cuerpo. Tras ello, se produce una reacción de atracción o rechazo y un movimiento de aproximación y huida. Las emociones son pasajeras y pueden coexistir. Entre las emociones básicas -las que tienen los bebés antes de aprender cosas del mundo circundante- están la alegría, la tristeza, la ira y el miedo.

Los sentimientos son experiencias semejantes a las emociones, aunque tienen las características de ser más suaves y persistentes en el tiempo. Provocan pocas modificaciones corporales, producen, como las emociones, una sensación consciente de atracción o repulsión y su correspondiente conducta de acercamiento o de rechazo. Son experiencias más complejas que las emociones, y el amor es una de ellas.



¿De quién nos enamoramos? Prueba de la complejidad de los sentimientos (son una mezcla desigual de diferentes emociones) es que en el amor, por ejemplo, no es el mismo el que se siente por los padres que el que sentimos por los hijos; no es el mismo el que se siente por los hermanos que el sentido por los amigos; ni es igual el que se siente por un amigo que el sentido por la pareja afectiva.

Nos enamoramos de las personas que reúnen una serie de características que nos complementan; bien porque son iguales a nosotros y se suman peculiaridades, bien porque son distintas y suplen carencias. En ocasiones, no hace falta hablar para sentirse enamorados a primera vista de una persona. Y es que entre las características que el otro nos muestra existen una serie de rasgos no verbales (que incluye el olor) que también ejercen su influencia.

En ocasiones, las cualidades que acompañan a la pareja sentimental pueden ser también patológicas; porque sostienen nuestras propias características anormales, o porque las complementan.

Amor vs. pasión El amor es un sentimiento perdurable, tranquilo y poco arrollador. Por eso es más duradero en el tiempo. El amor pasional, sin embargo, es mucho más arrollador e intenso. Y como todo lo que está contaminado por las pasiones, modifica la percepción que podamos tener del mundo exterior y del interior de nosotros mismos. Lo que significa que mientras dure la pasión, todo se ve impregnado por ese visor que coloca delante de nuestros ojos la pasión.

Pero la pasión es efímera. Necesariamente efímera. Porque ocasiona tales cambios intensos en el organismo que este se ve en la necesidad de cortar la pasión cuanto antes para poder sobrevivir, literalmente.

Por eso, mientras que el amor por nuestra pareja puede durar mucho tiempo, la pasión tiene una duración de seis a dieciocho meses. No más.

Muchas personas interpretan mal sus sentimientos y creen no estar enamoradas cuando la pasión les abandona. Es un error. La pasión les abandonará siempre pasado un tiempo. en cada pareja. No necesariamente de un modo completo, pero sí que no volverá a ser la misma que en los primeros tiempos.

 No confudas atracción con amor Conviene no confundir el sentimento de enamoramiento al de atracción física o sexual. Sin embargo, el amor puede ir unido a cierto atractivo sexual que, a su vez, puede ocasionar un vínculo pasional entre las dos personas, con el simple atractivo erótico. Podemos sentirnos fuertemente atraídos por una persona, desear unirnos sexualmente con ella, sin sentir, sin embargo, amor. Es más frecuente de lo que parece confundir ambos tipos de sentimientos.








lunes, 2 de diciembre de 2013

EL PACTO - Geisha Roja, Tienda erótica on line

EL PACTO - Geisha Roja, Tienda erótica on line

Para Eliza Havens, la renovación anual de los votos matrimoniales entre su amiga y socia, Samantha Elliot, y su flamante marido, Blake Harrison, es un suplicio. Para colmo, la jornada se salda con una trifulca en un bar de carretera que implica a Eliza y al mejor amigo del novio, el aspirante al cargo de gobernador de California Carter Billings.

Ante el escándalo mediático que se ha formado a su alrededor, Eliza y Carter no ven otra salida que pactar un matrimonio de conveniencia que maquille la estúpida afición por las peleas de Carter y el oscuro pasado de Eliza. Un pasado que está a punto de salir a la luz, poniendo en peligro al hombre del que ha empezado a enamorarse…

viernes, 22 de noviembre de 2013

martes, 23 de julio de 2013

Dime cosas sucias

Dime cosas sucias

La mayoría solemos estar callados durante el sexo o, como mucho, dejamos que se escape algún gemido, quejido o jadeo o una sucesión de ellos.
Liberar los sonidos durante el sexo y gritar cuando te apetece intensifica el placer… El propio y el de la pareja pues los sonidos del amor resultan para los compañeros/as de cama.
En el caso de los macacos, por ejemplo, las hembras que consiguen que más machos eyaculen dentro son aquellas que gritan durante el coito. Y tampoco somos tan diferentes de nuestros parientes los monos…

Hablar de la sexualidad y de los problemas sexuales con la pareja o, en su defecto, con un amigo disminuye la ansiedad de las personas mayores según el geriatra de la Universidad de Oregón, Alexis Walker.
Pero no sólo de hablar de sexo disfruta la mujer (o el hombre), sino que podemos ir un paso más alla y volvernos descaradas u osados para pedir lo que queremos en la cama, en momentos clave o con instrucciones tan precisas como sinceras y descarnadas o para comunicarle que nos encanta lo que nos hace.
Cada pareja debería experimentar para ver qué le gusta al otro y qué le gusta a uno mismo. Si uno de ellos es muy tímido o convencional, quizá sería mejor hablarlo antes y pactar unos límites.

Algunas ideas de alto voltaje
Describe lo que vas a hacer. Lo disfrutará dos veces: cuando se lo digas y cuando lo hagas. El placer no se multiplica por dos sino por mil. Sobre todo si, de vez en cuando, le dices que vas a hacer algo y haces otra cosa o esperas un poco para hacerlo.

Ordénale que te pida lo que quiere. El que pide tiene que ser claro y dar detalles sobre la acción concreta que desea y cómo la desea.

Radia lo que estáis haciendo con todo lujo de detalles y pidiéndole que se fije: “Mira como…” es una buena introducción a todo tipo de descripciones sexuales.

Crea una fantasía erótica en la que interpretéis un juego de rol. A veces lanzarse a hablar es más fácil si creáis personajes diferentes a vosotros y os sumergís en una escena. Usad tres o cuatro elementos de atrezzo para entrar mejor en el papel.

Cuando esté a punto de tener un orgasmo, háblale al oído o pídele que te mire a los ojos y que no aparte la vista. Si deja de mirarte ordénale: “Mírame”.

Díselo en otro idioma. Te ayudará a soltarte y a ser más atrevida e imaginativa y a tu pareja le sonará terriblemente sexy.

Poneos en situación y copiad las frases de una película porno.

Pregúntale, de vez en cuando, si le gusta lo que le haces y que te diga por qué. Los jugosos detalles en el “hablar sucio” crean un ambiente más tórrido y hacen que la excitación crezca.

Halaga a tu partenaire por lo bien que lo hace, lo que te hace sentir o lo atractivo, guapo y deseable que es, por completo o por cada parte de su cuerpo.

Las frases más calientes
Puedes decir cualquier cosa que te pase por la cabeza y sea descocada, desvergonzada y políticamente incorrecta, pero hay algunas frases que son (casi) éxito seguro. Son una forma de empezar hasta que te sueltes…
No se trata (en esta ocasión) de expresar frases de amor sino frases atrevidas o incluso obscenidades. Las hay para todos los gustos: desde algunas más sutiles a otras francamente bestias y malsonantes pasando por otras bastante directas. Pero es sólo un juego…

En el sexo y en la guerra todo vale. Explorad lo que os gusta con mente abierta y espíritu juguetón. Las frases más procaces y con palabrotras varias funcionan por el contraste de ver a la pareja, se supone que normalmente muy educada, usando un lenguaje vulgar.

Ellas
Cómeme… (lo que te apetezca).
Dime guarradas
Me pones muy cachonda.
Muérdeme.
Hazme lo que quieras.
Cómeme toda.
Fóllame (directo, sencillo, contundente y tremendamente efectivo).
Métemela poco a poco.
Me encanta sentirte (aquí se puede poner una palabra muy gráfica y descriptiva).
Métela hasta el fondo, quiero sentirla.
Adoro tu verga (la palabra vulgar más usual es el doble de efectiva).
Me encanta hacerlo contigo.
Soy tuya.
Más fuerte, dame más.
Soy tu p…


Ellos:
Eres divina.
Estás muy buena.
Disfruto muchísimo contigo.
No te preocupes por mí, hoy quiero que disfrutes tú.
Eres una gata salvaje.
Me encanta que seas tan caliente
Eres la reina del sexo.
Te siento muy mojada.
Soy tuyo.
Te voy a comer toda.
Pídeme lo que quieras.
Quiero sentir como te corres.
Eres la reina de las p…

Y al terminar:
Qué polvazo.
Ha sido brutal.
Etc.


miércoles, 24 de abril de 2013

Andrea y Adriana..

ESCAPANDO DEL MUNDO NORMAL....tomarse 5 dias para descubrir Barcelona...descubrir su cielo abierto y olor a mar...su sol no tan caliente pero una playa de encanto..........el swinger club. Swinger Club. Y la dama de Compania. No me di cuenta ...fue tanto...
Llegamos con el taxi...escepticismo por tanta oscuridad...un par de velas en la entrada...más oscuridad...un despecho de bar abandonado..porque todos follaban en la sala principal...luces azules oscuras...una pareja es sus más eróticas posiciones en todo el centro del cuarto....unas 10 cabinas alrededor...solo escuchaba gemidos....eramos uno, nos conociamos...y nos re-conociamos nuevamente ante tal marania....quería que alguien brincara a nuestro lado y se lo devorara...quería ser devorada por el que follaba a la del medio...un cuerpazo....la aniquilaba: lo podía ver mientras montaba mi caballo...y gemia con las demás...me encantaba la idea una orgía inpersonal..........y eso era....amarrada a cadenas en el cuarto de al lado...mientras otro dominaba a su tanto fiel....

Unos dias despues llamé al servicio escort.....vino una argentina.....yo soy muy celosa...pero tenía que abrir las puertas...tenía que soltar.....llegó ...muy guapa
...cabellos negros lisos...cuerpo perfecto, muslos perfectos....tetas perfectas....una cintura...unos encajes en sus medias y ropa interior...la desvestimos entre los dos.....mientras yo buscaba su boca y tocaba sus senos él tocaba y lamía su culo....y ella gemía...era poco común sentir los senos de una mujer en mis manos..pero al ver su placer eso me excitaba....el la penetró...yo solo les miraba...ella medio gemía pero no de placer....sentía algo de dolor....y a mi me gustaba.....
como si ya todo hubiera sido el final después de él acabar, ella preguntó: y tú? yo me atraganté en mi respuesta mientras ella bajaba con su lengua mi vientre.....y empezó a jugar con mi clítoris ...cerré mis ojos y agarré los brazos de él....él observaba...ella lo hacía tan bien.....y al cabo de unos minutos de sentir su lengua húmeda en mi entrepierna me estremecía en un orgasmo tan intenso...de esos en donde quieres ser penetrada 5 veces más allá de tus límites...una mujer que entiende de tu placer.....

Y la noche me regaló la libertad....nadie era mio y yo no era de nadie,...todos formamos parte de este universo divino....en donde el placer viene y va....como cada cosa....y el amor se ancla, dependiendo de quien lo quiera administrar....

viernes, 19 de abril de 2013

Reuniones





Gracias a todos por estos casi 6 años, abriéndome las "puertas" de sus casas, sus intimidades, sus dudas.. También compartiendo experiencias de todo tipo, entre risas...

   Vá por ustedes!!!...

jueves, 11 de abril de 2013

Bestias en el Paraíso..


No sé exactamente el motivo o significado de este sueño, o si tiene alguno, pero tampoco me importa.

Abro los ojos y me encuentro caminando desnuda entre medio de un cañaveral y árboles muy altos y gruesos,  a la vez el suelo es verde como un césped, oigo el sonido de un correr de agua y sigo a mis curiosamente oídos muy perceptivos. Tengo una extraña sensación, miro alrededor y sé perfectamente que podría subirme a cualquier árbol sin problema, veo de una manera muy nítida y al mirarme las manos son como una especie de garras, detrás me sale una especie de cola larga, un poco gruesa, de mi misma piel, no estoy incómoda, forma parte de mí y sé cómo moverla perfectamente. Todo lo demás soy yo, pero me toco la cara, la cabeza… Me pongo nerviosa, porque ahí  no soy yo… tengo la cabeza de algún felino, aunque me siento segura.

Me apresuro a buscar el agua, y me encuentro a la orilla de una especie de río. Es claro, arenoso y cálido, al que la altura del agua no sobrepasa las rodillas. Al otro extremo de la orilla todavía un poco lejos, veo salir rampando del agua en principio un cocodrilo pero su cuerpo es de hombre…y perfecto. Me quedo observándolo y parece tener la misma sensación que yo a la vez de perdido. Tomo como una actitud de defensa, siento que se me eriza la piel, estoy muy excitada, pero  a la vez…. este instinto nuevo para mí, quiere matarlo.

Enseguida capta mi presencia y nos vamos acercando uno al otro,  a cada extremo de la orilla..
Por más que lo miro, no lo reconozco. Su cuerpo es enorme y perfecto a la vez que su miembro, que a medida que se va acercando se pone más erecto. Sé que tiene la misma sensación que yo, está excitado pero a la vez quiere matarme… Puedo sentirlo.

Ya casi estamos uno frente al otro, pero no voy a esperar y corro hacia él. ¡Para atacarlo!
 El corre hacia mí, y en el momento que doy un salto para arañarlo y morderlo… Quizás, para arrancarle la yugular de un mordisco, me siento perfectamente capaz.  Es mi instinto en ese momento.
A cámara lenta, levanta el brazo y en pleno vuelo recibo un golpe tan fuerte que caigo hacia atrás en el agua.

Aturdida, abro los ojos.  Acabo de  darme cuenta que es mucho más grande y más fuerte que yo. De pie, delante de mí, con una erección brutal. No sé como explicar la cantidad de sensaciones tan intensas y contradictorias en ese momento.

Estoy dolorida, excitada, tengo un miembro perfecto delante de mí que me apetece lamerlo, chuparlo, succionarlo… tirarme hacia el e introducirlo de un golpe hasta el fondo de mi garganta acariciarlo todo dentro con mi lengua, tragarlo con toda la saliva que segrego del placer que me genera semejante manjar. Definitivamente… Como un animal.
A la vez quiero correr y salir de allí. Pero antes de decidirme por la segunda opción, ya me tiene cogida por un tobillo y me está arrastrando hacia la orilla.


A medida que nos acercamos me levanta con un solo brazo por el tobillo, agachando su enorme cabeza entre medio de mis piernas, lento… saca una enorme lengua, pero su lengua es como la de un caballo, y yo lo estoy viendo con la cabeza sumergida en el agua, intento apoyar los brazos para intentar incorporarme un poco, entre otras cosas, para poder respirar. Me siento ahogada y excitada.
Pasa su lengua entre medio de mis piernas de arriba hacia abajo, una y otra vez…  la mete dentro, moviéndola de un lado a otro. Es suave, caliente, húmeda, gorda… Hace que separe aún más la pierna que no me tiene sujeta.

Llegamos a la orilla y me tira hacia el césped, no le cuesta gran esfuerzo, es muy fuerte.
De un salto me incorporo a cuatro patas frente a él que sigue perfectamente erecto, y de un salto con la boca abierta la meto hasta el fondo de mi garganta, presionando desde mi nariz hasta mi frente contra su pubis… tragándola hasta el fondo, lamiendo de dentro a fuera a golpes. Con mis colmillos podría arrancársela en el acto, pero el placer que me produce tenerla en el fondo de mi garganta nubla ese pensamiento.

Levanta la pierna poniéndola en mi hombro y me empuja fuertemente hacia atrás. Vuelvo a quedar acostada delante de él que sigue estando de pie… Su reacción me irrita de sobremanera y me enfurece.
Vuelvo a saltar, pero esta vez sobre él clavando mis uñas en sus hombros agarrándome y con mis pies a los lados de sus caderas… La meto en el acto. Me muevo arriba y abajo, fuerte, enfurecida, pero él no se mueve… Loca, desesperada,-¡ La quiero toda dentro y más!.
Mis manos son como garras, por lo que ya corre la sangre por sus hombros, pero no quiero soltarme… Lo estoy utilizando para darme placer a mí misma, subiendo y bajando, retorciéndome, penetrándome hasta lo más profundo que puedo.

Vuelve a quitarme de encima, cogiéndome por la cintura y tirándome hacia atrás, esta vez con un poco más de delicadeza, posiblemente por las heridas de los hombros de donde le veo caer gotas de sangre que huelo y me excitan aún más.

Pero se acaba la delicadeza de segundos…
 Se agacha me coge por la cola y de un tirón me da la vuelta. Cae de rodillas y a mí me deja a cuatro patas.
Intento huir, pero me atrapa por la cola y me arrastra hacia él. Clavo la uñas en el césped pero me arrastra hasta que siento de golpe como me penetra hasta el fondo haciéndome gruñir y agarrarme fuertemente entre el césped mojado y arena de la orilla.

Mientras con una mano me gobierna tirándome de la cola a su antojo hacia sí embistiéndome con mucha violencia, con la otra empuja mi cabeza contra el suelo. Abro más mis piernas y levanto más mi pelvis para que me siga follando de esa manera largo rato, fuerte y a embestidas… violento.

Me incorporo y hago que se siente sobre sus talones mientras sigo por detrás cogiéndola con mis garras suavemente introduciéndola en mi recto. Mi cola parece saber bien donde tiene que ir y gira hacia delante metiéndose en mi vagina.
 Ahora soy yo la que se está follando a sí misma o la que se lo está follando. Apoyo mis manos delante y me muevo hacia detrás, en movimientos circulares y profundos, disfrutando a punto de estallar esa doble penetración.
Y así durante largo rato hasta no poder aguantar más… Se agita mi respiración, los movimientos se vuelven más rápidos y salvajes, se eriza mi piel, mis pezones se ponen duros y en punta… gruño y y araño el suelo. Sube poco a poco pero tan intenso que hasta duele y tan fuerte que se me nubla la vista y no puedo respirar. Pierdo el estado de consciencia o la también llamada petite mort. Tengo pequeñas convulsiones post orgasmo.. como pequeñas fracciones de ese estado tan intenso.
No me deja que me recupere, tampoco voy a hacer nada para evitarlo. No tengo ni fuerza ni voluntad para ello.
Me pone boca arriba, abre mis piernas y sin previo aviso me penetra con toda su fuerza, cosa que me activa de nuevo y me excita al instante, pero es su turno. Está encima de mí follándome con fuerza, mi cola se desliza detrás de él y juega con la entrada de su recto mientras estoy lamiendo las heridas de sus hombros.
Pesa, por lo que con los brazos lo retiro hacia atrás y así tocarme yo mientras me sigue follando.

Mi cola le gusta, por lo que voy metiéndosela poco a poco… con suavidad. Me sube tan alto ver como a medida que va entrando, él más se enfurece y me folla con tanta violencia que empiezo a tocarme con más rapidez porque voy correrme otra vez… Y lo hago, retorciéndome como un gato.
El sigue un poco más, lo miro. Meto mi cola más profunda en su recto y le hace gritar… pero de placer. Sale cortésmente de mí y termina entre gritos y gemidos vaciando su esperma sobre de mí, con potencia entre mis pechos, mi cara y mi abdomen.
Seguidamente cae sobre mí y retiro mi cola de su recto con un pequeño gemido por su parte. Huele a sexo, huele a semen sobre mí.
 Paso una de mis garras por el pecho y lo chupo, es exquisito su semen.
Es curioso, a la vez que me recupero vuelvo a sentir ese instinto de querer matarlo, por lo que lo retiro con fuerza y salgo corriendo, perdiéndome por el cañaveral… Quizás me lo vuelva a encontrar o no, o quizás, a otro tipo de bestia de este paraíso… Ojalá!

                                                                                                                                 Geisha Roja.

martes, 9 de abril de 2013

Daniela


Cuando de pronto descubres la insaciable hambre de sexo, no recuerdas detalles...recuerdas fuerza...o poca voluntad...curiosidad? ....descubres sin parar que tú eres más de lo que pensabas.....entrega....pero también miedo.....
Así fue esa noche. Una prenoche que no recuerdo.....solo recuerdo la insaciable necesidad de estar en su cama....la de dos noches antes.......
ya no era yo quien dominaba...era yo la dominada.....te concentras en el punto G, tus ojos se medio abren y ves un techo, sientes su respiración.....es sudor....como nunca habías sudado....eres volteada de pronto y sus manos se posan en tus gluteos.....

Es la presión que hunde tu pelvis contra el colchón, mientras no sabes que va a pasar........y de pronto lo que habías temido, porque una burbuja socio-genérica te acompania una larga vida.....y un recuerdo del pasado limitaba la inimaginable libertad de tus sensaciones....

Lentamente su pene tocaba el aro de mi ano....y en mi mente pensaba "otro más"..........pero decidí romper mis hielos.....y su gentileza fue enamorante....fue lento y seductor....no había dolor....fueron segundos convertidos en minutos para mi.....y lentamente entendí: que me había perdido de algo grande toda mi vida......invadida de él....22 cm completos dentro de mi recto....moviendose rítmicamente...mientras mis manos a apuniaban en las sábanas y sus dedos coplaban los mios......entendí que el poder de posesión es lo más erótico que existe.....y me levantó como crucificada mientras me penetraba....y me puso frente a su espejo......y pude ver mi transformación....mis curvas y su poder.......su mirada y mi placer.....besando mi cuello y susurrando a mi oído me dijo: me has embrujado.......y desde entonces recuerdo su olor y cada contorno de su cuerpo...fui duenia de mi placer y del suyo........el mejor orgasmo de mi vida.....

jueves, 4 de abril de 2013

Sexo en lugares públicos.


Placer por lo prohibido


¿Te gusta el morbo? Sexo en lugares públicos...

El sexo es algo que se practica, bien sea a solas o acompañada, en la intimidad. No es una cosa que guste hacer en público. Sin embargo, algunas veces se pueden tener tentaciones de hacerlo en lugares que te pueden ver ¿Por qué pasa esto?


La actividad sexual es algo que se suele hacer en la intimidad de la casa de cada cual; alejada de todos. Y muchas veces en la confianza que te da un lugar concreto de la casa como es el dormitorio. Con la masturbación sucede así porque es una actividad solitaria que una no desea compartir, por definición, en la mayor parte de las ocasiones. A veces puedes desear agregarla a las relaciones con tu pareja; pero siempre es algo que consideras propio de tu vida privada. Y con las relaciones sexuales (frecuentemente llamadas 'relaciones íntimas') sucede otro tanto. Es la forma que se tiene de compartir la propia sexualidad con otra persona y, en líneas generales, aunque todos puedan saber que lo haces, gusta de realizar en la intimidad de tu casa o de tu dormitorio.

Poner normas
Las normas se establecen para regular las conductas de los seres humanos que viven en sociedad, para favorecer su convivencia. Todos nos sometemos a ellas de buena gana. A veces, no tan de buena gana porque su cumplimiento puede resultar incómodo; pero se cumplen, precisamente, en aras de esa buena convivencia. También sucede que muchos sentimos tentaciones, a veces, de contravenirlas; se hace por la excitación que produce realizar algo que está prohibido. El riesgo que supone ser pillado en una contravención, y sufrir la correspondiente sanción, genera un pico de secreción de adrenalina que hiperactiva a las personas. Algunas se quedan enganchadas en esas sensaciones y las buscan de forma permanente para sentirse bien. No desean ser descubiertas, realmente, pero la posibilidad de que así suceda las enardece mucho.

Algunas personas llevan a la práctica esas acciones para sentirse así. Otras, sin embargo, la mayoría, lo dejan en el mundo de las fantasías, donde las desobediencias pueden realizarse sin riesgos reales. Pero imaginarlo también puede producir esa reactivación al sujeto.

Con el sexo sucede otro tanto. Si lo que lo define es su realización en la intimidad, alejado de la vista de los demás, con frecuencia, exponerse ante los otros genera una sobreexcitación que se añade a la excitación sexual propiamente dicha. Y eso incrementa la intensidad de las sensaciones.

Por eso, algunas personas buscan tener actividades sexuales en lugares donde la cercanías de otros que nos puedan oir, aumenta la excitación; aunque no nos vayan a sorprender de verdad porque las puertas están cerradas. Es lo que sucede cuando apetece mantener relaciones sexuales junto a una ventana abierta, aumentando la posibilidad de que los vecinos nos escuchen, si están cerca, o nos vean, si están un poco más alejados. O hacer el amor en unos lavabos públicos (por ejemplo en un tren o un avión).
Pasión por el riesgo
Las sensaciones aumentan cuando el riesgo de ser vistos se acrecienta también. Es decir, cuando sería posible que alguien se personara donde estamos y nos sorprendiera. En este terreno, lo menos arriesgado sería mantener relaciones sexuales en un lugar público, pero alejado de la gente, aunque con posibilidades de que alguien pase por allí. Por ejemplo, un lugar de paso poco transitado de un centro comercial, o un lugar apartado de un paseo público. Lo más arriesgado sería hacerlo en el portal de una casa, donde es esperable que, tarde o temprano, entre alguien. O en un cajero automático, donde puede suceder lo mismo y añade el aliciente de que se está grabando toda la acción; lo que supone que unos desconocidos nos van a ver en acción.

Y lo menos arriesgado de todo sería imaginarse estar en uno de esos lugares mientras se mantienen relaciones sexuales en la comodidad de la propia cama. El 71% de los hombres y de las mujeres fantasean durante el coito. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Sexo y Autoestima


 El disfrute del sexo es el resultado de un sinfín de factores. Sin embargo, uno de los que más contribuyen en el proceso es una sana autoestima. Es lógico que se pueda disfrutar más de la actividad sexual si la persona se siente segura y contenta consigo misma. El gozo es mayor si se gusta y se siente atractiva y deseada. Y para eso no hay que ser candidato a ningún concurso de belleza.
Hemos podido ver en consulta a personas con un físico estupendo y con una sexualidad paupérrima. Recordamos el caso de una chica rubia guapísima, con un tipo estupendo. Esta chica tenía serios problemas de autoestima, que se manifestaban en una percepción absolutamente distorsionada de su imagen corporal. Ella no se veía nada atractiva, era extremadamente perfeccionista y magnificaba sus pequeñas imperfecciones −su estilo de relación era temeroso e inhibido, como un pollito mojado−. Su vida sexual estaba ausente. Era incapaz de sentirse digna del amor y estaba demasiado ocupada en sus traumas para deleitarse con el autoerotismo.
La belleza física es un fenómeno subjetivo y efímero. Se dice que la belleza está en el ojo de quien la percibe y no es posible atraparla en el tiempo. No merece la pena atormentarse deseando contar con unos atributos físicos que no se tienen. Sin necesidad de obsesionarse por ello, es posible cultivar la mente al tiempo que se cuida el cuerpo y la higiene −de hecho, una cosa lleva a la otra y se retroalimentan−. Al final, el equilibrio será el objetivo.
Muchas veces lo que hace a una persona sexy es más su actitud que sus atributos físicos. Si miramos a nuestro alrededor muy probablemente veremos a personas que nos parecerán atractivas debido a su forma de ser, sus actitudes, su enfoque de la vida... Posiblemente, nos parecerán encantadoras aquellas con quienes sentimos una mayor afinidad o aquellas que poseen cualidades que admiramos. Puede ser su sentido del humor, su entusiasmo, su forma de sonreír, aspectos relacionados con su actitud ante la vida. También pueden parecernos atractivas otras personas debido a que se diferencian del resto −su creatividad y que se atrevan a ser diferentes puede hacerlas muy atractivas−.
Esas cualidades, que vemos en otras personas y que podemos admirar, existen en nosotros en mayor o menor medida. Es de vital importancia que aprendamos a reconocerlas y a sacar partido de ellas. Esas cualidades son más importantes que el aspecto físico y duran mucho más. Todos tenemos un potencial atractivo que hay que saber aprovechar. Refuerza tu autoestima sexual, piensa en cinco cosas que valoras de ti como amante, reconócelas y foméntalas. ¿Qué cinco cosas valoras más como amante? ¿Qué aprecias en los demás? ¿Sabes aprovechar tu potencial de seducción? ¿Qué cualidades buscas en tus amantes?

Sexualidad y autoestima

Sexualidad y autoestima

jueves, 14 de marzo de 2013

Dubai


Ser madre a tiempo completo. Perder el sentido de mujer...perder el sentir de erotismo y perder la conexión con quién pensaste tu alma gemela....

Tu alma gemela un dia te dice que te abandona...no se imagina una vida contigo ...no después de 9 años....
Eres científica, eres buena (o eso crees)..........y un cuchillo te es vilmente clavado en pleno corazón....

Mueres 30 dias......
Luego te levantas.

Y un espanto busca venganza. No tienes hambre. Hambre biologica. Pero sed de cuerpo.

En un desesperar de alma y cuerpo, con hambre de reconocimiento....reconocimiento biológico..
Mi hermana vivía en Dubai.... una ciudad indómita en mis pensamientos...
Hambre de familia, de tranquilidad...

y el último viernes de mi estancia (luego de tres semanas)....sentada en una disco latina en plena Dubai
(ciudad de pasiones indómitas, desiertos salvajes y camellos alegres...soles rojos y pasiones de amaneceres....)
sentada esperando mientras el ritmo de la salsa se apoderaba de mis pies...se presentó un hombre de buen carácter.....corbata...cabellos algo plateados..ojos invitadores: grandes y cariñosos...un olor especial..............perfección al bailar....todos los gestos.... tanta emoción contenida: vamos a tomar un café? ( a las 3 am)

Nos llevó a casa y me dió su tarjeta....2 noches me la pensé...de todas formas había cogido 2 condones (2!) por si acaso. Quería arriesgar....estaba arta de mi autolástima....
Y llamé...fuimos a cenar.....a bailar...me llevó a su apartamento...tocó la guitarra....flamenco ...(amor por Madrid, vividos....Beirut en la vida: sobrevivir a las bombas no fue fácil)....y yo sabía qué quería...él lo hizo fácil para mis expectativas....

Unas sábanas revueltas de las otras antes de mi......
Una caja de condones en la mesa de noche (y yo que me creí inteligente con 2....)

Una bienvenida en mi ser lenta y educada............preguntas acerca de mi geometría fisiológica.
Un monstruo en la mitad inferior de su cuerpo....y por primera vez en mi vida viví 5 orgasmos en una noche....no eran 11 minutos como muchos dicen....lo de nosotros duraba 2 y 3 horas..... me cansaba a veces....y hasta daba gracias en el avión dormida...por haberse terminado las "vacaciones"....

Era solo el comienzo....de muchos encuentros....en Hamburgo, en Dubai, de a dos, de a tres...swingers....y el desconocimiento de mi otra yo...Barcelona....

Las mujeres somos más capaces de lo que creemos....y muchos hombres no saben tolerar tales avances psicologicos....

y por los que los aceptan...mis felicitaciones...

capitulo continúa...

viernes, 22 de febrero de 2013

LAS ETAPAS DE LA PAREJA


La pareja, como cualquier sistema vivo, puede ser descrita como algo que cambia permanentemente, en un proceso de desarrollo, con un nacimiento, un crecimiento, una madurez, un reposo y una muerte.

Tan diferentes como los individuos, las parejas viven ciclos más cortos o más largos. Pueden durar un día o toda una vida. Y no es igual cuando nace que en la mitad del ciclo, o al final del mismo.

Las parejas pueden formarse respondiendo a distintos tipos de motivación y en diferentes etapas de la vida de las personas. Aunque hay diversos modos y criterios para emparejarse, actualmente una gran mayoría de las personas que se unen, tiene como motivación fundamental el amor (el enamoramiento) y un proyecto de vida en común.

De modo general, se puede establecer el ciclo de vida de una pareja basada en el enamoramiento, en las siguientes etapas:

EL FLECHAZO

Es un instante de deslumbramiento, el momento en el que se produce el chispazo, se descubre “la química”. Aunque no conozcamos al otro, proyectamos en él nuestras ilusiones, deseos y fantasías. Nuestra imaginación vuela y no necesariamente coincide con la realidad. Es el momento del imán, la atracción inexplicable hacia el otro, ese “no-sé-qué” que nos gusta.

Nuestra sexualidad y el deseo también acompañan estos vuelos imaginativos. Sentimos mariposas en el estómago ante la inminente presencia de nuestro objeto del deseo, escalofríos, sudor, excitación, nerviosismo y ansias por el contacto físico. Dura aproximadamente 2 meses.

ENAMORAMIENTO

Es la etapa de la pasión amorosa. Dura más que la etapa anterior (aproximadamente 6 meses). Es una fuente de energía e intimidad. Nos vamos conociendo, pasamos mucho tiempo juntos, fluctúan ilusiones y desilusiones, justamente a raíz del proceso de irnos conociendo y saber cómo es el otro de verdad.

Comenzamos a pensar en “nosotros”, y a tener la necesidad de proyectos compartidos. En esta etapa la sexualidad está a flor de piel, muy activa, suele haber contacto sexual corporal, genital y coital permanente.

FORMACIÓN DE ESTABILIDAD

Se descubren las posibilidades y límites de la relación, aprendemos a compartir y a conocer a quien nos acompaña. Es una etapa difícil, de adaptación mutua, en la cual el proyecto es consolidar el “nosotros” y aprender a crecer de a dos.

Desde el punto de vista sexual, vamos conociendo qué nos gusta del otro; la relación sexual se va estabilizando y muchas veces disminuye un poco en frecuencia, pero no necesariamente en intensidad. El grado de intimidad se incrementa por el aumento de la confianza y el conocimiento mutuos.

AFIRMACIÓN

En esta etapa se produce el aprendizaje de la convivencia. Hay que aprender a negociar, a compartir roles, a aceptar las diferencias, a resolver las dificultades y conflictos. Se produce también una lucha por el poder, peleamos a ver quién tiene la razón, quién se somete y quién es sometido.

Es el momento de la formación de la familia, con la llegada de los hijos, lo cual genera un cambio (la primera crisis vital importante y universal) en el sistema familiar formado antes solamente por los integrantes de la pareja. Ahora, hay que adaptarse a los nuevos roles parentales, donde los hijos se interponen y se modifica la intimidad en la pareja.

La sexualidad se condiciona a la presencia de los hijos, tenemos que esperar que se duerman o se vayan a otro lado, o dejarlos con alguien para “escaparnos” a estar solos. Los niveles de expresividad sexual deben cambiar para adaptarse a la nueva situación.

LA MITAD DE LA VIDA

Se produce aproximadamente entre los 35 y los 50 años de vida de las personas. En esta etapa nos encontramos en medio de la crisis de pareja con nuestras crisis personales relacionadas e interactuando con las de nuestros hijos (adolescentes), nuestros padres (en su tercera edad) lo cual en ocasiones puede llegar a generar una gran crisis familiar.

Es una etapa difícil, de replanteos y de balances personales y conyugales. Solemos pensar qué proyectos cumplimos y cuáles no. Desde el punto de vista sexual hay rutinas, muchas veces falta de comunicación.

Y en ocasiones no encontramos en el otro la posible satisfacción de nuestras cambiantes necesidades. Se necesita fortalecer la autoestima y puede buscarse fuera de la pareja lo que no se encuentra en ella.

Es por esto que en esta etapa es cuando se producen en general los mayores índices de infidelidad. Si no prestamos suficiente atención a la satisfacción de necesidades mutuas, puede ser una fase dolorosa.

MADUREZ Y VEJEZ

En este momento, los hijos ya son grandes, se van de la casa y los integrantes de la pareja se quedan nuevamente solos. Se produce en este momento otra de las grandes crisis evolutivas universales en la pareja.

¿Qué sucede con la intimidad, la sexualidad y el amor?

Pueden producirse dos situaciones extremas. En una, se genera un reencuentro: los integrantes de la pareja nos volvemos a encontrar (“volvemos a ser novios”) y si está todo bien, nos re-elegimos, nos conquistamos nuevamente y re-vivimos juntos situaciones de plenitud (irse de viaje, compartir paseos, estar solos de nuevo), con un resurgimiento sexual que puede ser tanto genital como afectivo.

También si nos lo permitimos, hay una liberación en el goce de la sexualidad porque ya no existen barreras como la posibilidad de un embarazo, ni la presencia de otras personas (por ejemplo, los hijos) que inhiben la expresividad sexual.

En el segundo caso, puede suceder que se hayan producido crisis accidentales o de cualquier otro tipo y los miembros de la pareja se sienten como dos extraños. No se reconocen ni encuentran de dónde sostenerse para mantener la relación y entonces puede producirse la ruptura.

Cada pareja es un mundo. Nos pasan cosas distintas, en momentos diferentes, pero en algunos casos hay coincidencias y situaciones más o menos universales.

La clave está en reconocerlas y aceptarlas para cambiar aquellas que podemos y convivir lo más pacífica y serenamente con las que no pueden modificarse.


martes, 5 de febrero de 2013

Sexo Anal, Sí!


Muchas personas lo consideran una práctica prohibida, otras tantas dicen que es algo sucio, no menos son las que creen que se trata algo exclusivamente para homosexuales, pero lo cierto es que el sexo anal cada vez se practica más. ¿Motivos? hay muchos, pero quizá el más importante sea el placer que provoca el sexo anal que, con las adecuadas medidas higiénicas y de protección, puede ser tan agradable como el coito o el sexo oral.
El origen del sexo anal no es tan moderno como algunos pueden pensar. Sus primeras prácticas documentadas se datan en la Grecia clásica, cuando en la vieja y próspera Atenas, sus vecinos realizaban estas prácticas sexuales para demostrar su dominio sobre otras personas. Por estos orígenes se conoce popularmente a este tipo de relación sexual como 'un griego'.

Consideraciones históricas al margen, el sexo anal se da principalmente en relaciones homosexuales. Sin embargo, cada vez más heterosexuales se adentran en esta aventura, buscando nuevas dosis de placer y morbo. Eso sí, tanto en un caso como en otro hay que seguir una serie de normas básicas relacionadas con la higiene, la salud y la seguridad.

No hay que ser un experto en anatomía humana para saber que las materias que hay en recto no son precisamente limpias. Por este motivo es más que aconsejable realizar una limpieza de la zona para no encontrarse con sorpresas desagradables. En primer lugar no te agobies pensando en que puedes encontrarte algo de heces porque, por lo general, el ano queda limpio entre defecación y defecación, aunque ojo, en esa área el volumen de bacterias y gérmenes es muy superior al que se puede localizar en otro lugar del cuerpo.

 
embarazo. Un solo germen de los que hay por ahí abajo te pueden causar muchos problemas en forma de infecciones o enfermedades de transmisión sexual, por lo tanto recuerda que en este caso es tan importante el condón como si practicas un coito normal.
Otro de los puntos a tener en cuenta es la facilidad para realizar la penetración. Sobre todo si es la primera vez, se aconseja usar productos que relajen el ano para facilitar el acceso del pene a su interior. El sexo anal es muy placentero, pero puede ser también muy doloroso si no ayudamos un poquito para que el pene entre en el otro cuerpo. El uso de lubricantes se antoja como necesario en la mayoría de los casos, además ayudará a que el miembro viril resbale mejor, por lo que las sensaciones serán mucho mejores y se podrá alcanzar el máximo placer en menos tiempo.

Me he referido anteriormente al placer, y no quiero dejar de hacerlo porqué al fin y al cabo cuando tenemos relaciones sexuales ese es el objetivo: el placer. Si hay algo en lo que coincidamos hombres y mujeres es que un par de centímetros en el interior del recto tenemos localizados un punto G. Dicen que para localizarlo bien, basta con introducir el dedo y hacer el gesto de "ven hacia aquí". De hecho, hay un tipo de orgasmo característico de la fricción con ese punto G con sensaciones e intensidad distintas al orgasmo habitual.
Otras cuestiones sorprendentes del sexo anal.

El sexo anal es tabú. La afirmación no es nueva ni tampoco propia de culturas lejanas. Sin ir más lejos en la vecina Gibraltar hasta el año pasado estaba teóricamente prohibido. El Código Penal de la colonia británica mencionaba explícitamente al "sexo anal". Lo consideraba como una ofensa hacia otra persona, o como un acto de indecencia grave cuando se practicaba entre hombres.

Claro que la legislación llanita sigue precisando que las relaciones sexuales se deben mantener únicamente entre dos personas, en la intimidad del hogar y prohibía que se realizaran en servicios públicos. Además, el Gobierno de la roca sometió a referéndum el pasado año la posibilidad de elevar la edad mínima en la que dos hombres podían mantener relaciones sexuales de los 16 a los 18 años, como sucede en las parejas heterosexuales.

miércoles, 30 de enero de 2013

NO APUESTES NUNCA CONTRA TU MUJER


Soy médico y por mi trabajo viajo bastante. Congresos, presentaciones, cursos… La verdad es que no paro. De un lado para otro. Y cuando estoy en mi ciudad turnos maratonianos de 12 horas… En fin, una vida dedicada casi completamente al trabajo.
El poco tiempo libre que me queda se lo dedico a mi mujer, Rosa, una morena de 32 años. Preciosa, con una melena castaña que encuadra una cara preciosa a la que echarías 25 años. Un cuerpo con curvas pronunciadas, como una carretera de los Alpes. Pecho generoso y trasero rotundo y firme como una roca. Me vuelve loco aunque ella (ya sabéis como son las mujeres) afirma que esta pasada de peso. Yo la encuentro preciosa, muy voluptuosa y sexy.
Somos una pareja normal, con una vida sexual normal tirando a muy activa pero nada raro desde nuestros años de noviazgo. Mi mujer es como el 98% por ciento de mujeres. Le gusta el sexo pero sin “rarezas” como lo llama ella. A mí alguna vez se me ha pasado por la mente alguna perversión o fantasía e incluso le he llegado a contar algo a ella pero no ha pasado de ahí… Hasta ahora.
Me salió un curso de especialización en Barcelona de una semana. Una cosa bastante normal. Pero recién pasadas las Navidades, en las que me había chupado más guardias que un recluta, me fastidiaba tener que dejar a Rosa en Madrid, así que le propuse que el Viernes por la tarde, recién salida de trabajar, cogiera el puente aéreo y se viniera para el hotel donde nos alojábamos parte de la gente del curso. Esa noche le presentaría a mis nuevos colegas de curso, cenaríamos y en lugar de volverme el sábado, pasaríamos el fin de semana en la Ciudad Condal.
Dicho y hecho. Rosa cogió el vuelo y a las 20 horas ya se encontraba en la habitación del hotel duchándose y poniéndose guapa.
La observaba mientras se duchaba y el agua formaba regueros sobre su cuerpo que iban a morir invariablemente, bien a sus pezones, bien a sus nalgas o bien a su entrepierna provocándome una erección y planteándome si me metía en la ducha y la daba un buen meneo. Lo dejé estar. No quería llegar tarde y esta noche y el fin de semana tendríamos tiempo suficiente para desquitarnos
Vi como cogía su maquinilla de depilarse y comenzaba a rasurarse la fina tirilla de pelo de su pubis, que fuese la época del año que fuese, mantenía impecable.
-          ¿Qué haces, por qué te la quitas?
-          Porqué el otro día, depilándome se me fue un poco la mano y me quedó torcida. Me la voy a quitar entera y así que me salga rectita otra vez. Mira que chulo me ha quedado.
Y con una sonrisa picarona me mostró su ahora inmaculado pubis, sin un solo pelo. La verdad que estaba muy excitante. Alargué la mano para acariciarlo pero me sacudió un papirotazo.
-          Golosón, que te conozco y vamos con el tiempo justo… Ya lo catarás.
Salió de la ducha y comenzó a secarse. Sobre la cama vi un vestido negro, sin mangas, ligeramente ajustado al cuerpo, anudado al cuello y falda hasta un poco por encima de las rodillas.
-          Ponte el conjunto blanco, anda.
-          ¿Pero qué dices? ¿Con el frio que hace?... me voy a helar.
-          Vamos a un local enfrente del hotel. Salir de aquí, 50 metros, entrar  y estamos en el calor. Estás preciosa con él.
-          Joder, ya sabes que voy muy incómoda. No me gusta. Prefiero algo más discreto.
-          Mira, estas guapísima. A mis colegas de curso ni les he dicho que venias. Quiero que sea una impresión.
-          Mira, me pongo el negro y luego, para la fiestecita que montemos tu y yo me lo pongo..
-          No seas así, mujer. Pruébatelo y te digo que tal de queda. Te juro que si vas hecha un adefesio no voy a dejar que hagas el ridículo.
-          Joder, Ángel. La última vez que me lo puse el taxista me vio todas las bragas y un viejo me preguntó que cuanto costaba el completo...
El conjunto al que nos referíamos era uno que compré en un viaje a Londres para una Nochevieja. Un top blanco y una minifalda tubo ajustadisima a los muslos.  Resoplando, Rosa se puso la ropa interior. Un sujetador blanco sin hombreras y un tanga del mismo color. A continuación, el conjunto. Mientras se acercaba al espejo, se lo anudaba al cuello el top. La verdad es que estaba que quitaba la respiración. Marcaba cada una de sus curvas como si llevara un guante... Y si te fijabas con cuidado, se transparentaba el tanga...
-          Joder, pero como quieres que salga así…
Lo repito. Le quedaba fantástico. Quizás me pierda la pasión por mi mujer pero estaba guapísima; para quitar el hipo.
-          Estás guapísima.
-          No es que no me guste. Es que ya sabes que con este parezco una puta.
-          Vamos a ver. No se te transparenta... mucho. Y eso la da más morbo.
-          Ya…
-          Además, que vayas así no implica que seas una puta. Además, vienes conmigo…
-          ¿Quieres decir que si no fuera contigo se pensarían que soy una puta?
-          Joder, no me lleves a tu terreno, que sabes lo que te digo…
Rosa volvió a mirarse en el espejo, me miró a mí y mirándose de nuevo sonrió de una manera un poco rara.
-          Ya…
Los “Ya” de mi mujer presagiaban discusión o concesión. Veamos a ver…
-          Vamos a hacer una cosa, a ver qué te... parece. ¿a qué hora has quedado con tus compañeros?
-          Pues… sobre las nueve y media.
-          ¿Y dices que no me conocen?
-          Pues no... Nos conocimos el lunes.
-          Vale… Mira, yo me dejo el conjunto y voy a bajar al bar ese a las 9 y media. Me vas a describir a tus colegas. Tú bajas más tarde…
Empezaba a intrigarme.
-          … pongamos que a las diez. Yo estaré hablando con ellos. Media hora es suficiente. Al llegar miras mis manos. Si ves que... a ver, por ejemplo... sigo llevando la alianza en la mano derecha es que no me han tomado por una puta, me presentas, santas pascuas y yo me la envaino. Tus compañeros son geniales, los hombres si ven una minifalda no se excitan. Si ves que la llevo en la izquierda, es que me han tomado por un putón, tú haces que no me conoces de nada…
-          ¿Queeee…?
-          … tú haces que no me conoces de nada, me paso un rato de risas y cuando quieras que acabe la broma, te pides… te pides, por ejemplo algo que no suelas beber nunca… como una ginebra sola, me subo al hotel, te espero y por supuesto no me vuelvo a poner el vestido y mañana me llevas de compras. ¿Qué te parece el trato?
La verdad es que flipaba en colores. Para el carácter de Rosa esta proposición era… era… era como si el Sol saliera por el oeste.
-          Joder… No se…- Me miraba con una sonrisa socarrona – De acuerdo. Pero lo hago solo para demostrarte que las tías pensáis que los tíos solos pensamos en lo “único”.
-          Muy bien, guapo. Veremos quién tiene razón…
-          Ok.
-          Recuerda. Si quieres que acabe, te pides una ginebra…
-          No va a hacer falta, preciosa.
Rosa terminó de maquillarse. La verdad es que estaba preciosa. Después de hacerme describir a mis colegas de curso (“Mira, va a ser fácil. Son tres y uno de ellos es guineano…”), Rosa se puso el abrigo y besándome ligeramente en los labios, se despidió de mí y salió por la puerta con un “No tardes demasiado…”. Como despedida, se levantó el abrigo, se subió la falda y me mostró sus firmes nalgas al tiempo que me sacaba la lengua.
La verdad es que la media hora se me hizo eterna. Me terminé de arreglar, me cambié de camisa, me volví a cambiar de camisa. Puse la televisión y de inmediato la apagué porque me salió un canal por satélite sueco en el que daban una película porno... Para qué negarlo: Tenia una ansiedad y unos nervios horrorosos que se me habían agarrado al estomago y me provocaban unas nauseas enormes. La situación me parecía muy morbosa pero no me agradaba nada, nada que ni siquiera por asomo se hiciera pasar por puta.
Si, es cierto; había fantaseado con esa situación, pero una cosa es fantasear y otra muy distinta es poner la carne en el asador… De todas maneras, mis colegas de curso me parecían gente seria y normal. No me daban la imagen de unos puteros: Carlos. Hijo de unos emigrantes guineanos, nacido en Salamanca, de unos 35 años. Por supuesto, negro. Luis, un gallego rubio de unos 42 años, muy gracioso. Y Antonio, jefe de servicio de un hospital, de 55 años. Gordo, calvo, padre de 5 hijos, católico devoto… Vamos, este no tenía ninguna pinta de putero.
Miré mi reloj; faltaban un par de minutos para las 10, así que deprisa y corriendo cogí mi abrigo y me fui en dirección al bar.
Mientras bajaba en el ascensor, trate de serenarme. Un poco más tranquilo, salí a la calle. El frio de Diciembre me dio en la cara y ayudó a despejarme un poco más. Cruce la calle y dando una profunda inspiración, abrí la puerta y me metí en el bar… Bueno, más que bar era un pub. Decoración de madera, posters de Guinness, luz tenue y música de fondo. Alargué la cabeza buscando a mis compañeros. Carlos, al fondo del local, me hizo un gesto con la mano. Sorteando a la gente por la barra, me fui acercando, sin lograr ver a Rosa. Por fin llegué hasta ellos.
-          Hola, chicos.
-          Joder, tío. Eres un impuntual. Habíamos quedado hace media hora.
-          Lo siento, me he liado.
-          Bueno, tampoco importa demasiado – dijo Carlos – Hemos conocido a alguien más interesante que tú- dijo riéndose – Mira – decía mientras apartaba a un lado a Antonio – Te presentamos. Rosa, este es nuestro compañero Ángel. Ángel, esta preciosidad es Rosa.
Luis se apartó. Y ahí estaba. Sentada en un taburete alto. Con las piernas cruzadas, ( Joder, era verdad... Cuando cruzaba las piernas se le veía el tanga) sonriendo a algo que le contaba Antonio. Me miró y me sonrió.
-          Hola, Ángel. Encantada… - como si nunca me hubiera visto antes.
-          Hola, mucho gusto. – Le dije dándola dos besos en la mejilla.
-          Rosa estaba sola y como tú tardabas mucho, le hemos dicho que se tomara algo con nosotros.
-          Mira que bien – dije mientras trataba de ver en qué mano llevaba el anillo Rosa, aunque ella, mantenía sus manos cruzadas en el regazo, inocentemente.
Así que Rosa me sonrió y separando, por fin, las manos me preguntó cándidamente.
-          ¿Que vas a tomar, Ángel?
Y vi en que mano llevaba la alianza: La izquierda. Joderrrr… No me lo podía creer. ¿Pero como coño estos tíos habían confundido a mi chica con una puta?...¡ Ostias, que era mi mujer...! Iba sexy, cierto,  pero … Bueno estaba lo del tanga...Vaya leche que les han dado. Para que confíes en alguien.
-                     ¿Hola?... Llamando a La Tierra – Me volvió a preguntar con una deliciosa sonrisa que en realidad quería significar el cachondeo interior que llevaba Rosa.
“¿Si…Cachondeo tenemos?... Pues vamos a ver cuánto cachondeo tienes y hasta donde llegas”.
-          Puessss… Me voy a tomar un destornillador: Vodka con naranja – le dije al camarero, como quién no quiere la cosa.
Rosa alzó imperceptiblemente una ceja, sorprendida que no pidiera la ginebra, sorpresa que desapareció de su cara en un nanosegundo mientras continuaba la conversación con Luis y Antonio.
Pasado unos cinco minutos y al tiempo que ella acababa su copa, se levantó del taburete y cogiendo suavemente del brazo a Luis se dirigió al los cuartos de baños.
-          Anda, Luis. Acompáñame hasta el baño que estoy un… poco mareada.
Le puso en poco de énfasis al lo de mareada, para que supiéramos que ni mareo ni leches. Y por si cupiera duda, las miradas y sonrisitas de mis compañeros no dejaban duda. Luis se alejó con Rosa, desapareciendo entre las cortinas que llevaban a los baños. Antonio y Carlos me miraron y soltaron una carcajada.
-          ¡Vaya cacho de guarra nos hemos encontrado!
No sé lo que me impresionó más: Ver desaparecer en dirección a los baños a Rosa, que la llamaran guarra o el que lo dijera fuera el super galante Antonio…
La verdad que el tal Luis no se anduvo con chiquitas. Nada más entrar a los baños la metió en una de las cabinas y cerró la puerta con pestillo. Rosa estaba un poco sorprendida con la situación, sorprendida porque pensaba que Ángel iba a haber acabado con la broma en ese momento. Y sorprendida por lo fácil que le había resultado llegar a este momento.  Así que cuando Luis la besó, metiéndola la lengua hasta las amígdalas. Rosa no sabía muy bien qué hacer y cuando le levantó  la falda hasta la cintura y comenzó a acariciar su sexo por encima del tanga, se tuvo que confesar más excitada de lo que pensaba y enlazó su lengua con la de Luis. Un rato después comenzó a bajarse los pantalones…
… La polla de Luis entraba y salía de la garganta de Rosa. Todo lo que había podido arrancar de ella era esa mamada. Y le había costado 100 €… Si quería algo más sería pagando más y en la habitación del hotel. Rosa intentaba esmerarse, haciendo lo que le hacía a Ángel. Pero estaba muy nerviosa. Quería salir de esta situación pero estaba muy excitada… ¡Y qué cojones! Ángel podía haber acabado con esto y no había querido así que… Como esto escena estaba durando ya un poco hizo una cosa que a Ángel le volvía loco.  Agarró el tronco del rabo y mientras lo pajeaba sobre su lengua, miró a los ojos de Luis y emitió un profundo quejido. Demasiado para el médico gallego. Explotó literalmente en su lengua y Rosa tuvo que metérsela en la boca para no mancharse. Una corrida larga, cálida y espesa que Rosa no quería tragar, que la hacía hinchar los carrillos pero que tuvo que empezar a deglutir para no ahogarse…
… Luis salió de los baños, después de conseguir por 30€ más el tanga de Rosa. Rosa estaba sentada en la taza, tratando de tranquilizar el temblor de piernas que la atenazaba, hasta que, no pudo más y levantándose rápidamente, levantó la tapa y vomitó la papilla en que habían quedado convertidos los dos rones con Coca-Cola  junto con el esperma. Al acabar pensó que en realidad había vomitado por los nervios porque el sabor no era tan malo…


                Luis y Rosa llevaban casi cuarto de hora sin aparecer. Me estaba poniendo malísimo: una mezcla de nervios, nauseas y dolor de cabeza a partes iguales que debía disimular poniendo una cara desenfadada y participando en la bromas y confidencias de mis compañeros. Así me enteré que la habían conocido en el bar, que estaba sola y lo que Rosa ya me había anunciado con el cambio de mano de la alianza: Que era prostituta (“Puta” fue exactamente lo que dijo Antonio) y que ellos habían pedido por sus servicios y que se había resistido (“Esta noche libro, cariños…” y “Soy muyyy cara”) hasta que llegué yo y me pedí mi bebida, que fue cuando le pidió a Luis que la acompañara a los baños para hacer lo que todos nos imaginábamos… Simulé risas, chascarrillos y sonrisas de complicidad pero por dentro me daba de bofetadas por no haberme tragado el orgullo y haber pedido ese puto vaso de ginebra… pero a pesar de todo estaba muy excitado.
                En estas apareció Luis, solo…
-          ¡Joder, tíos!... Vaya superventosa. Me ha sacado los tuétanos. Me ha costado 130 pavos-
-          ¡Ostias! ¿130 pavos por una mamada?
-          Bueno… 100 por la mamada y 30 pavos por esto – dijo ahuecándose el bolsillo de la chaqueta y enseñándonos el tanga de mi mujer – tíos… y esta chorreando... ¡Vaya una guarra!... Merece cada euro que se pague.
Me podrían dar el Oscar. Participaba en esta conversación de “machos” pero tenía el alma a los pies: Esa “guarra” de la que hablaban era mi mujer… la cual apareció sonriente y fresca como una rosa.
-          Bueno, chicos… Podríais invitarme a una copa… en vuestras habitaciones… ¿No?
-          Bueno… es que nos íbamos a cenar – traté de cortar una situación que ya parecía fuera de control.
-          ¡Calla, aguafiestas…Ya cenaremos otro día!.. Anda, Rosita, vente que tomes algo con nosotros... en nuestras habitaciones.- dijo el muy católico Antonio.
                Así que, flanqueada por mis tres compañeros y conmigo detrás, salimos a la calle, cruzamos y nos metimos en el hotel, espacio corto en el que, entre las risas de mi mujer, dio tiempo para ver como le sobaban el culo a base de bien e incluso como le subían la falda y me demostraban que Rosa ya no llevaba ropa interior.
                Por fin llegamos al hall del hotel, donde recompusimos un poco nuestra presencia, aunque la recomposición duró poco. Nos metimos en el ascensor y en cuanto las puertas se cerraron, Carlos, la separó de los demás y empujándola contra la madera del ascensor comenzó a besarla, qué digo besarla, morrearla. El tenía su rodilla entre las piernas de  Rosa y deslizó sus dos manos por detrás, levantadola la falda y agarrándola las dos cachas del culo. Rosa le había agarrado la cabeza y se entregaba con absoluta pasión al húmedo beso, metiendole la lengua y entrelazándola con la de él, mientras los demás no hacíamos más que mirarlos y sonreírnos entre nosotros. Cuando llegamos a nuestro piso, no sabía muy bien que cojones iba a pasar así que, Rosa,  colocando de nuevo su ropa y metiéndose de nuevo en su papel, tomó las riendas de la situación.
-                    Muy bien, chicos... Nada de cosas raras así que... - decía mientras me lanzó una mirada entre excitada y divertida – cada uno a su habitación y yo me iré primero con... Carlos. Después con Antonio , luego Luis y por último, Ángel – Y rubricó sus palabras dándome un lúbrico beso que mató el pensamiento que me nacía en la mente: “ ¡ Joder, Rosa parece de verdad una puta...!”
                Así que, dándole la mano a Carlos y como si dos enamorados se trataran, se dirigieron a la habitación de él besándose. Abrieron la puerta, Carlos hizo el signo de la victoria, Rosa nos dedico un gesto de adiós con la mano y finalmente, la puerta se cerró.
Los demás nos fuimos a las habitaciones, mientras Luis y Antonio me comentaban la suerte de habernos encontrado con un puta de primera. “ Nos va a sacar los cuartos pero es de primera” me dijo Antonio. “ Va a merecer la pena pero conmigo se va a tener que ganar el jornal” y soltando una carcajada se metió en su suite. Yo me quedé solo en el pasillo y finalmente, me metí en la mía, no sin estar tentado de acércame hasta la puerta de Carlos para escuchar. Pero al final desistí, entré en mi habitación a oscuras, iluminada con las farolas de la calle y me senté en la cama. La habitación todavía olía a su colonia y a los pies de la cama estaba los vaqueros que había llevado puestos en el viaje....
Rosa se asustó un poco cuando Carlos le pidió lo que quería hacer. Y aunque le pidió 500 €, el guineano sacó un fajo de billetes y se los dio. Finalmente tuvo que consentir: Un negocio era un negocio...
Durante más de una hora, con las manos  atadas a los postes de la cama con pañuelos de seda, Carlos la estuvo follando 5 veces. Las tres primeras con condón. Las dos últimas, sin él, descargando en su irritada vagina.
La primera vez que le enchufó su negro rabo, Rosa no dejó de tener un estremecimiento. No había tenido más pareja que Ángel. “ Joder, es la primera vez que me folla alguien que no es Ángel...”
Por fin, tras un cuarto de hora, Carlos anunció que se corría, berreando como un ciervo en celo. Después de correrse se detuvo y permaneció dentro de ella unos segundos y se quitó de encima. Rosa estaba boca arriba, fatigado. Sus pechos brillaban por  el sudor. Su coño estaba dilatado y congestionado.
Carlos con el pene flácido ya, se quitó el condón. Se acercó a  Rosa sonriendo. El condón estaba lleno de semen. Por fuera estaba muy mojado y pringado  con  los flujos de Rosa. Por la habitación se extendió un fuerte olor a coño y semen. Carlos sonrió, y luego le acercó el condón a la cara. Rosa flipaba. “ Joder, este tío esta como una cabra” . Carlos la recordó que por 500 €, bien podía comer un poco de cuajada. Atada como estaba, en una situación vulnerable no pudo menos que sonreír, hacer de tripas corazón y darle su mejor sonrisa.
            Se lo acercó a la cara y le dio la vuelta sobre la boca de Rosa. Ésta la abrió, disimulando el asco que le producía y el semen empezó a resbalar a lo largo del condón. Después empezó a salir y se quedó colgando...
Después de una hora, por fin la desató. Tenia el estomago revuelto del semen de los tres primeros condones. La mezcla  de sabores agridulce y del látex era repugnante, pero no se había quejado. Cuando se quedó sin condones, la ofreció 100€ más por hacerlo a pelo. Casi fue una bendición. Las corridas terminaron por lubricar su irritadisima vagina, aunque casi la descoyunta las piernas. Carlos le agarró los tobillos y le abrió las piernas hasta casi dejárselas perpendiculares con el tronco. “¡ Joderrr.. este tío me va a partir en dos!. Desde luego, a partir del segundo polvo había dejado de disfrutar lo que había disfrutado con el primero. Durante la cuarta y quinta corrida, ni siquiera le saco la polla. Continuó follandola, abriéndola más las piernas y convirtiendo su corrida en una especie de nata montada...
…Se levantó al baño mientras la lefa del guineano corría muslos abajo, procedente de su coño, abierto en una “O”, como en una mueca de sorpresa. Se limpió un poco mientras Carlos atendía por quinta vez una llamada de sus impacientes colegas. “ Jamás voy a volver a apostarme nada...”

Pasaba una hora desde que Rosa había desaparecido con Carlos. Había intentado llamarla al teléfono móvil pero me daba apagado. Una vez más los nervios me atenazaban la boca del estomago. Finalmente decidí llamarles a la habitación un par de veces. La primera vez no me lo cogió. La segunda fue contestada por Carlos:
-                   Joder, tío. ¿ Que pasa que no cogías el teléfono?.
-                   Coño, ¿que va a pasar?...
-                   Ya pero... es que... como soy el último...
-                   Pues tranquilízate un poco porque te queda esperar 2 horas más...
-                   …
-                   Si, acaba de irse para la habitación de Antonio. La muy puta me ha costado 600 €. Pero... ¡Madre mía!...¡Vaya guarra que esta hecha!... Me la ha puesto dura cinco veces...¡ Bueno, bueno, tio! ¡ Se ha bebido la lefa de mis condones y hasta me ha dejado correrme a pelo en su coño!
Joder, que era mi mujer...
Rosa empezaba a pensar que tal vez no era tan divertida la idea. Estaba enfadada consigo misma y con el gilipollas de su marido por no haberse pedido la puta ginebra. Una nueva oleada de dolor la sacó de sus pensamientos...
Nada más entrar, Antonio, el que hasta ahora se había mostrado más galante, directamente la arrancó la ropa y arrodillandola en el suelo, literalmente, comenzó a follarla la boca.
 Atraía la cabeza de Rosa hasta su rabo a la vez que propinaba un golpe de cadera como si en verdad la follara.
-                   ¡ Diosssss, pedazo puta... te vas a tragar hasta la última gota, zorra de mierda, toma, tomaaaa.... yaaaaaaa…!
 La tiraba el pelo como si quisiera arrancárselo y no hacía más que darle nalgadas rápidas y cortas. Por fin se quedó quieto pero sin salirse de la boca de Rosa. Por fin, muy lentamente, deslizo el pene entre sus labios al tiempo que un hilillo de semen se deslizaba por su barbilla. Rosa se separó de él, sentándose en la moqueta...
-                   ¿ Pero tu estas gilipollas... que coño te crees que haces?- dijo entre toses mientras se le venia el semen a la boca.
-                   Eh...No te des tantos humos que no eres más que una puta. A fin de cuentas soy el que pago.
“Menudo machista de mierda” pensó Rosa, sin saber que la retenía en la habitación del troglodita este... “Vaya padre de familia ejemplar...”.
-                    No te des tantos humos tú, pringao... A mi no me has pagado nada...
                Antonio fue hasta su chaqueta y sacó un abultado sobre. Sacó unos billetes que tiró al suelo.
-         Ahí va, zorrón. 500 … 50 por esta mamada y esto  ...- Sostenía otro grupo de billetes entre los dedos.
Rosa notaba un escalofrío por la espalda. Imaginaba que ganarse esos billetes no iba a ser simplemente por follar...
-         ¿ Y... eso?
-         Esto... - decía Antonio con una sonrisa lasciva- esto... deberías ir al baño y evacuar... No me gustaría tener que empujarte la mierda...
… Y en estas estaba Rosa. Antonio la había esperado tumbado boca arriba en la cama. Y ella lo había montado... Había sido la cosa más dolorosa de su vida. De un solo brutal golpe, se la había empotrado hasta las pelotas. Alguna vez había practicado sexo anal con Ángel pero siempre despacio, dando tiempo para acomodar su pene a su culo, pero nunca tan de golpe. Creía que le había desgarrado el ano. Pegó un grito y las lagrimas brotaron de golpe de sus ojos. Antonio se enardeció con eso. Comenzó a follarla como un martillo pilón. Durante unos instantes, Rosa creyó que había perdido el conocimiento. Pero el dolor la devolvió a la realidad. Cada embestida hacia que oleadas de dolor la recorrieran el intestino. “ Madre de Dios...¿ Que cojones he hecho?” pensaba...
… Rosa llevaba ya más de 40 minutos de tortura. La verdad que, en honor de la verdad, para lo viejo que estaba y el tripón que gastaba, tenía una resistencia envidiable. El ojete lo tenía completamente dormido. Ahora el recto era lo único que de vez en cuando le enviaba descargas dolorosas. Y de vez en cuando algún golpe llegaba inclusa a golpearle el útero. Pero hacía cinco minutos que había empezado una nueva tortura. Antonio había agarrado sus tetas y las estaba estrujando como si fueran dos naranjas o dos bolas anti-estress. Rosa había intentado quitarle las manos pero cada vez que lo hacía, apretaba más los pechos y arreciaba su follada, con lo que tenia que usar sus manos para frenar la follada. “¡ Ostias, ostias... o me revienta las tripas o las tetas...!”. A esto añadió unos sádicos pellizcos en sus pezones, que rápidamente adquirieron casi un color rojizo y se pusieron duros como una piedra. ¡Aaarghhh... o logro que se corra este cabrón o me mata... mis tetas... mi ano...!
Casi desfallecida comenzó a gemir como una loca, como si le pegaran el mejor polvo de su vida, a decirle como le gustaba. Y el arreciaba en su follada y le exprimía las tetas como si fuera a sacar zumo; y cuanto más gemía, mas empitonaba y mas estrujaba.... La cara de Rosa estaba surcada por lagrimas pero su mente solo se concentraba en gemir y gemir y gemir... Hasta que en un arreo que en el que Rosa creyó que le arrancaba sus castigados pechos, sintió como su  ano comenzaba a rebosar de semen... Rosa cayó, sudorosa sobre el pecho de Antonio, con un gemido animal mezclado con un sollozo, la cara cuajada de lagrimas y los ojos cerrados de alivio.
-                    Ya... sabía yo... que te … iba la marcha... putón asqueroso...
...Cerrando suavemente la puerta, tambaleándose un poco comenzó a dirigirse a la habitación de Luis. Mientras estaba en el baño, notando como su intestino se vaciaba explosivamente del esperma de Antonio y vomitaba el viscoso contenido de su estomago, se planteó volverse a su habitación. El dolor de su culo ,sus tetas coloradas y sus pezones tumefactos le decían eso. Pero al final, después de lavarse, arreglarse y ver que solo había irritaciones y nada roto, decidió terminar la noche. Se peinó, maquilló de nuevo y salió del baño. Su follador roncaba como un cerdo. Recogió los 850 € que le había dejado, bebió una tónica del mueble bar que le recompuso el estomago, se vistió y salió al pasillo. Pensó que se había pasado un poco al mandar a la mujer de Antonio un Whatsapp con un foto de él dormido, con su polla flácida y otra de ella, delante del espejo , desnuda sin que se le viera la cara.... Al notar el latido doloroso de sus pezones y de su esfinter pensó: “¡Que se joda...!” y con paso firme, se dirigió a la habitación de su próximo “cliente”...


                Según terminé de hablar con Carlos, salí corriendo al pasillo para ver si podía pillar a Rosa y llevármela para la habitación. En balde. Solo me dio tiempo a ver como se cerraba la puerta. Me volví a sentar en la cama. Recordaba los relatos de infidelidades, donde tanto él como ella vivan gustoso esta experiencia. Para que negarlo: estaba muy excitado con todo esto tenia una erección dolorosisima y no quería pajearme por no disminuir esta excitación. Pero me daba miedo. No quería perder el control y no quería perderla a ella. ¡ Joder!... no se me ocurriría más hablar del vestido blanco y de fantasías...
                Hacía casi una hora que había visto como se metía en la habitación de Antonio: No aguantaba más. Abrí con cuidado la puerta. El pasillo estaba a media luz y sigilosamente me acerqué a la puerta. Justo acerque el oído a la puerta para oír: “¡ Correteee, lléname los intestinos, siiii, rómpeme el puto culo...!. Después un grito enorme de Rosa y luego silencio...Para a los treinta segundos oír la voz de Antonio: “Ya... sabía yo... que te … iba la marcha... putón asqueroso...”.
                Desde luego, una cosa era segura: Ella lo estaba disfrutando más que yo...
Llamó a la puerta de Luis. “ Señor, que sea un tio normal...”. Por fin se abrió la puerta. “Joder, tia.. ¿ Como vas asi por el pasillo?”. Rosa se miró. Ostias. No llevaba puesta la falda. Había recorrido el pasillo con el culo al aire y ni se había dado cuenta y lo peor les que no le importaba más mínimo...
                … Rosa recordaba una compañera suyo de trabajo. Ella afirmaba que era ninfomana aunque todos sabían que era la excusa para cepillarse a todo lo que tuviera polla. Durante una conversación le dijo que para una mujer no había mayor placer que “enfundar una polla”. Cuando Rosa, entre risas le preguntó que era “enfundar”, su compañera, enigmáticamente, le dijo que el día que lo hiciera, lo sabría... Pues ese día había llegado. Por fin estaba disfrutando de una follada en condiciones, la primera en toda la noche. Luis se había limitado a sentarse en un sillón y atrayendo a Rosa a sí, sin quitarse el top ni los zapatos, había pasado sus piernas y lentamente se había introducido su inflado rabo enfundado en un condón en su irritado coño. Al principio le había escocido pero Luis se había encargado de moverse despacio, agarrándola por las nalgas y acompasando sus movimientos. Para remate la había empezado a besar: Un beso profundo, con lengua que la había empezado a llevar al séptimo cielo. Su vagina abrió el grifo y empezó a chorrear y sus castigados pezones tensaron la licra del top. Fue entonces cuando se dio cuenta que estaba “enfundando” el rabo de Luis...
                … “¡ Me corro, me corro!” le advirtió su tercer “cliente” de la noche. Rosa pensaba disfrutar cada átomo de este polvo así que antes que se vaciara en el condón, agarrándose al cuello de Luis con un brazo, se levantó lo justo para que la polla saliera de sus entrañas y con la otra mano, rápidamente le quitó el condón, lo tiró a la moqueta y se volvió a dejar caer, haciendo un sonoro ruido de chapoteo. El notar el calor de su rabo le dio un escalofrío. Olvidó por un momento todas las señales dolorosas que le mandaba su castigado cuerpo. “ Señor... creo que me voy a correr como una perra...”
                El culo de Rosa subía y bajaba rítmicamente haciendo desaparecer el inflado rabo en su interior. De repente Luis empezó a gritar y Rosa con él . Ni siquiera era consciente  que la estaba llenando con su leche . Estaba corriéndose dentro de Rosa  y ella seguía botando sobre él .
                Rosa al notar el esperma recubriendo su vagina, se empezó a mover lentamente sobre él dejando salir y entrar de nuevo su polla que ella, inexplicablemente, notaba duro como antes. Su nabo salía muy despacio dura como una piedra y cubierta de semen y volvía a entrar igual o más despacio en su coño. Rosa había apoyado su cabeza sobre su hombro con los ojos cerrados y había dejado sus brazos caídos sobre su espalda. El único movimiento que seguía haciendo era el de sus caderas hacia arriba y abajo, “enfundandola”. Su manos se apoyaban en su culo ayudando al movimiento.
                De pronto se quedó parada con su polla totalmente en su interior y empezó a temblar, con un gemido, con los ojos cerrados . Rosa empujaba débil pero firmemente sus caderas hacia abajo, empalándose, como si buscara que la perforara directamente el útero. Luis se corrió por segunda vez.
Su polla se había puesto flacida pero estaba todavía dentro de Rosa. Ella estaba inmóvil sobre él pensando: “ ¡ Madre mía... que polvo! Ha merecido la pena pasar todo esto”. Mientras, descargas recorrían todo su cuerpo. “Si me sigo corriendo así, creo que me voy a mear encima...”
                Rosa, torpemente, empezó a levantarse, haciendo que el pene de Luis saliera de ella con un casi inaudible chasquido, acompañado de un chorro de semen caliente que se derramó desde su abierta raja sobre su polla. Se puso de pie en el suelo pero temblando, las piernas le fallaron y cayó al suelo, presa del coletazo de un último e insólito orgasmo y ocurriendole lo que tanto temía: Mearse en la moqueta...

                ...La puerta se cerró tras ella. Luis se había mostrado muy comprensivo y le repitió que no se preocupara. Por la mañana ya lo limpiarían. Cuando Rosa quiso negarse a coger su dinero, Luis se negó: “ Me alegro que hayas disfrutado porque ya también hacía tiempo que no echaba un polvo así pero negocios son negocios...”  y tras un ligero beso en los labios, la despidió. Andando por el pasillo se dio cuenta que ni siquiera se había lavado. No solo notaba el esperma de Luis fluyendo muslos abajo. Del último polvo y a pesar que había vaciado todo lo posible sus intestinos del repugnante semen de Antonio, también notaba fluir algo de liquido de entre sus nalgas. Recogió un poco de liquido con los dedos y aliviada comprobó que no era sangre. Sacando la tarjeta de su bolso, la metió en la cerradura y abrió la puerta...

                … Me desperté sobresaltado, sin saber muy bien que hora era. Me había quedado dormido. Miré mi reloj. Las 3 y 15 de la mañana. La habitación seguía solitaria y a oscuras. Levantándome de la cama, con una energía que incluso a mi me sorprendió. Y la verdad, que no se muy bien por qué me había levantado porque me quedé en medio de la habitación, sin saber que hacer. No sabía si llamar por teléfono, si salir... Al fin me decidí por salir y pasarme por las puertas de mi compañeros a ver si cazaba algo. Y justo cuando iba a salir, la puerta se abrió.
                Lo primero que me sorprendió fue el aspecto de Rosa: Sin maquillar, despeinada. Hasta que me dí cuenta de un detalle:
-        Tía... ¡ Vas en pelotas!
                Rosa, a excepción de sus zapatos iba completamente desnuda. Bajo el brazo llevaba su abrigo, su bolso y hecha un gurruño, la ropa.
-        Después de lo que he hecho esta noche, no creo que me vuelva a dar vergüenza hacer top-less....
-        ¿Pero que cojones te ha pasado?
                Su tetas estaban completamente marcadas de rosetones, incluso se apreciaba claramente la huella de unos dedos; sus pezones, gruesos y colorados como cerezas.
                Rosa se tumbó en la cama.
-        Déjame que descanse un minuto o si no, creo que me voy a desmayar...
                Lo cual me permitió ver como su coño estaba tan abierto como dos monedas de dos euros. Labios inflamados y hacia afuera. Si no fuera por todo el semen ( o la crema de semen, más bien) que le recubría, hubiera podido verle el cuello de la matriz. Se incorporó sobre un codo.
-        No me mires así...
-        No te miro de ninguna manera.
-        SI me miras de esa manera. Esto ha pasado porque tu has querido que pasara...
-        ¿ Que yo he querido que pasara..?
-        ¡ Si, joder...!... Solo te tenías que haber pedido ese puto vaso de ginebra y estos polvos los habría echado contigo pero Don Digno...
-        ¿Don Digno..? ¡ Joder!, No me habré pedido la mierda de ginebra pero si tu no hubieras querido lo habrías parado...
-        Ya... Ahora la culpa es mía.
-        ¡ Ostias, no!.. Pero con haberlo dejado ahí yo habría reconocido que si; que el vestido que te habías puesto te hacia parecer una puta y santas pascuas. No me tenias que haber restregado eso y que mis compañeros son unos puteros...
                Rosa no contestó. Me miró con un brillo extraño en los ojos. Parecía que me iba a decir algo pero se dio cuenta que llevaba todavía la alianza cambiada y se apresuró a ponérsela en la mano derecha. Fatigosamente, se levantó de la cama y se agachó para desabrocharse la hebilla de sus zapatos, lo cual me permitió comprobar la noche tan dura que había pasado: Sus nalgas estaban, al igual que sus tetas, marcadas de dedos y su ojete, al igual que su vagina, aparecía enrojecido, tumefacto y abierto. Incluso cuando se descalzó del otro pie, un grumo se escapo de su ano para reunirse con la capa viscosa que recubría sus muslos y que había incluso manchado sus zapatos.
-        Menos mal que tomo la píldora... – decía mientras se acariciaba el vientre -... Lo que no entiendo como las tías de los relatos que lees disfrutan con estos... deportes sexuales. De los quince o dieciocho polvos que me han echado, solo he disfrutado bien de uno o dos. Si me tuviera que dedicar a esto... Lo cual me lleva... – Cogió su bolso y sacó un fajo de billetes del bolso – a recordarte que mañana me tienes que llevar de compras.
                Y se fue al baño. Al rato empezó a oírse la ducha. Me acerqué al mueble donde había dejado los billetes. Los había de 100, 50 y 20 euros. En total, unos 2000 euros... ¡ Joder, en una sola noche!...
                Salió de la ducha limpia, fresca y perfumada. Lo único que le quedaban eran las marcas en sus tetas y nalgas.
-       No debes sufrir por nuestra relación, cariño. Ni borracha me volvía a pegar una noche así. Pero espero que tú tampoco me vuelvas a proponer algo así.- Parecía olvidar que era ELLA la que había propuesto esto.- Anda, dame un beso... No seas tonto, que me he lavado los dientes...Mañana o quizás pasado... pasado mejor, te enseñaré lo que me han hecho tus compañeros...
               


Se dirigió al mueble bar y sacó del frigorífico un botellín pequeño de tónica. Se tumbó boca abajo en la cama y separando sus nalgas se colocó el botellín  a lo largo en la raja del culo.
Suspiró con alivio y 2 minutos después, dormía profundamente. Apagué la luz, me fui al baño y me hice una paja que apenas disfruté pues de lo excitado que estaba me corrí la los 30 segundos.
Solo me quedaba decir:
-                   ¡ Joder, que noche...!

 ( 6 horas antes)
                Rosa entró en el pub y se quitó el abrigo. Estaba abarrotado de gente y en semi-oscuridad ,así que tampoco parecía que nadie se fijara en ella. Por fin los vio. Estaban al final de la barra, junto a la puerta de los lavabos y junto a ellos había un taburete desocupado. Se acercó despacio hasta allí, procurando contonearse pero sin ser muy descarada.
-     Perdonad, ¿ Esta ocupada?.
-     Que va, tranquila. Toda suya...
Primera decepción: Apenas le habían dirigido una mirada. Y eso que los pezones, del frio de la calle y a pesar del sujetador se le marcaban una barbaridad.
Cruzó una pierna. Seguro que se le tenia que ver bien arriba de los muslos... Incluso el tanga. Nada. Seguían hablando de terapias sustitutivas, tratamientos hormonales y el New England Medical Journal. “ ¿ Serían gays y Ángel no me ha dicho nada?.
Finalmente y con la idea que la apuesta iba a ser muy complicada de ganar, Rosa pidió un ron con Coca Cola. Al ponérselo el camarero se confundió y se lo dejó a ellos. Sin darse cuenta, Carlos lo cogió y de un trago se bebió la mitad. Rosa se rió:
-                 ¿ Que... estaba bueno?
Carlos azorado se dio cuenta que no era su bebida y le pidió disculpas. A Rosa le hacía gracia su galantería. Casi le estaba enseñando las bragas y la trataba de usted y de señorita. Insistió en invitarla. Así logró meterse en conversación. Se presentaron. Le preguntaron por su nombre. Si era de Barcelona. Si estaba sola. Si esperaba a alguien... Rosa se desesperaba. Ni una mirada salaz. Ni un comentario con un doble sentido. Nada
-               ¿ Y a que se dedica usted, Rosa? - preguntó Antonio
 Rosa miró su reloj. Ya se acercaba la hora en que aparecería Ángel y a ella no le gustaba perder ni a las chapas así que, disimuladamente, se sacó la alianza de la mano derecha y se la puso en la izquierda.
-               Pues espero no escandalizaros pero por si no os habéis dado cuenta por mi ropa, soy prostituta...
Cinco minutos después entraba Ángel al pub...